Uvas seleccionadas de vinos de una edad media de 30 años para elaborar el vino más contemporáneo y a la vez más atemporal de Montecillo.
Se fermenta cada variedad por separado en depósitos de acero a una temperatura controlada de 26ºC. El mosto permanece 20 días en contacto con los hollejos, para obtener la deseada extracción de color y aromas. Después hace la fermentación maloláctica en depósitos subterráneos de cemento.
Posteriormente se trasiega a barricas nuevas de roble francés y de madera mixta –con duelas de roble francés y americano intercaladas–, donde la crianza se prolonga 26 meses. En el último trasiego de barricas se ensamblan las dos varietales. Los últimos dos meses de crianza envejece como vino único. Tras ello, el vino afina en botella durante al menos 18 meses antes de su salida al mercado.
Es de un color rojo picota intenso muy brillante de capa alta, con reflejos aun violáceos.
En nariz es potente con notas frutales como ciruelas negras, moras y recuerdos de vainilla.
En boca es untuoso y envolvente. Pura armonía y explosión de sabores con un final largo.